La detección de alteraciones visuales, sobre todo en la infancia, se realizan observando y evaluando las actitudes y comportamientos del niño cuando se realiza una tarea.
- Picor, escozor o lagrimeo de ojos
- Parpadea o se frota mucho los ojos
- Guiña los ojos o frunce el ceño para ver mejor
- Visión borrosa de lejos o de cerca
- Cuerpo rígido o echar la cabeza hacia delante o hacia atrás al leer o mirar un objeto lejano
- Se acerca a la televisión, o al escribir o leer un libro
- Dificultad para copiar de la pizarra
- Fatiga visual inusual al terminar una tarea o deterioro de la lectura tras períodos prolongados
- Omisión de las tareas de cerca
- Se cansa rápidamente cuando lee, escribe o dibuja
- Le molesta el sol o los cambios de luz.
- Dolor de cabeza o de ojos
- Conducta negativa en la escuela o en el trabajo
- Mala postura de cabeza o cuerpo
- Un ojo se desvía o apunta a una dirección diferente que el otro ojo (mirarlo cuidadosamente, esto puede ser muy sutil). Es significante aunque sólo ocurra cuando el niño está cansado o estresado.
- Cierra o se tapa un ojo, o gira o inclina la cabeza, al leer o ver la TV…
- Visión doble
- Dificultades generales en la lectura:
- Movimiento de la cabeza al leer en lugar de los ojos
- La letras parecen juntarse
- Lectura lenta para su edad
- No se entera de lo que ha leído o no lo recuerda
- Pierde el lugar, salta el renglón o relee palabras o renglones
- Tiene que ayudarse del dedo como guía en la lectura
- Lectura en voz alta o moviendo los labios
- Omite, añade palabras o intenta adivinarlas a partir del reconocimiento rápido de una parte de ellas
- Mezcla sílabas al leer y los números en las matemáticas
- Invierte letras, sílabas o palabras
- Evita la lectura u otras tareas de cerca
- Dificultades generales en la escritura o en la habilidad motora de la mano:
- Tamaño de letra irregular e inconstante
- Escaso espaciado
- Incapacidad para escribir en línea recta sin torcerse
- Inversión de letras o palabras al escribir o copiar
- Preferencia por la lectura, en contraposición con el juego o las actividades motoras.
- Preferencia por los exámenes orales a los escritos.
- Se sale del dibujo al colorear
- No le gusta dibujar
- Mal agarre del lápiz, o saca la lengua o hace gestos raros en la cara cuando usa la mano para hacer algo que requiere coordinación ojo-mano
- Lentos cuando tiene que seguir un dictado
- Le cuesta comprender y seguir unas instrucciones
- Se choca con los objetos
- A veces parece torpe
- Se distrae fácilmente
- Poca atención en las tareas y necesita muchos descansos
- Problemas de concentración
- Los deberes le llevan más tiempo del que debería
- Problemas de memoria visual
- Carácter negativo y/o agresivo
- Problemas para adaptarse a los cambios
- Abandona fácilmente (dice “no puedo” , antes de intentarlo)
- Mareos, nauseas o mareos debido a movimiento
- Malas posturas al sentarse o trabajar
- Incapaz de mantenerse en una silla sentado más de 5 minutos
- Anda de puntillas
- Problemas de equilibrio
- Confusión de la derecha y la izquierda en él mismo y/o en el espacio en mayores de 7 años (y a veces arriba y abajo).
- Malos en deportes o en juegos o actividades de coordinación ojo-mano y ojo-pie (habilidades de pelota y juegos en equipo): coger o golpear una pelota.
- Etc.
Estas manifestaciones os ayudará a vosotros mismos a detectar si cualquier niño, que tengáis en vuestro entorno, puede tener un problema visual sin diagnosticar.
Además, en la consulta optométrica, el profesional os entregará u os hará un breve cuestionario acerca del niño, su desarrollo y sus hábitos visuales. Algunas veces éste es muy largo o tedioso o incluso a veces, no sabéis qué relación pueden tener, algunas de las preguntas que os están haciendo, con los ojos o con el problema que traéis; pero en estos cuestionarios no hay ninguna pregunta puesta por poner, todas dan una información muy importante que ayudará al optometrista a conseguir un mejor diagnóstico del problema que tenga el niño. Por tanto, aunque todos piensan que sus hijos son maravillosos y perfectos, pensad que si vais a la consulta es porque sospecháis algo, y si es así, es mejor ser lo más sinceros posibles a la hora de rellenar dichos cuestionarios, porque las mentiras, las medias verdades o medias informaciones o menospreciar los datos en los que el niño no es tan habilidoso no ayudan; esos datos son los que más nos pueden aportar de ese cuestionario.
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Más vale prevenir que curar…