Aquí estoy de nuevo contándoos una nueva historia de una familia a la que echaré de menos.
Un mal diagnóstico de TDA podría haber cambiado su vida de manera muy diferente. La madre no quiso medicarlo y buscó y buscó hasta que me encontró. Mateo ha cambiado muchísimo pero la madre no se planteó en ningún momento lo que podría llegar a conseguir con la terapia optométrica comportamental.
Esta es su historia:
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Queridísima Rosa:
Me has pedido que te escriba mi experiencia y lo hago encantada en el ánimo de que pueda ayudarte a ti y sobre todo a los padres cuyos hijos tengan ciertas dificultades en el aprendizaje y se sientan perdidos, como en un momento me paso a mí, sin saber porque camino continuar.
Mi hijo a pesar de ser inteligente con CI de 115, tenía dificultades varias que hacían de su aprendizaje un camino difícil, con resultados pobres en relación a su esfuerzo. Entre algunos de los síntomas, claros signos de lateralidad cruzada (confundía letras b/p; números; no diferenciaba la derecha de la izquierda; incapaz de entender el concepto de temporalidad,antes/después, ayer/mañana; incapaz de memorizar secuencias días de la semana, meses del año…etc) Por otro lado su lectura era lenta, sin ritmo, saltándose líneas, cambiando silabas y con mucho silabeo y su comprensión lectora era baja, además era incapaz de contar una historia en orden cronológico y coherente lo que dificultaba su capacidad de comunicación y añadido a todo esto una falta de memoria a corto y a largo plazo que dificultaba aún más todo el proceso de aprendizaje y tareas escolares.
Después de un estudio exhaustivo con un prestigioso neurólogo privado, me recomendaron medicarlo a pesar de que no encajaba como TDA sin hiperactividad, decidí no seguir este camino, de forma que empecé a investigar en internet durante horas y horas y gracias a la información que otros padres antes me brindaron a mí, te “descubrí”. Por eso ahora yo quiero compartir mi experiencia si así puedo ayudar, que sepan que yo dude lo mismo, ¿estaré tirando el dinero? ¿Sobrecargare a mi hijo con más trabajo inútil? ¿Esto nos ayudará a mejorar o no?
Todas esas preguntas te las haces una y otra vez! Hasta que te fui a ver! Y ese día, cuando tú hiciste la evaluación de mi hijo, todos mis miedos, toda mi angustia se me pasó, pude ver tu profesionalidad, la evaluación de mi hijo fue espectacular y el informe que nos diste me dio la confianza que necesitaba para seguir adelante sin cuestionarme ni un día si daría frutos o no.
Luego llega la segunda parte, que nadie se engañe, esto es magia!! Sí, pero la magia exige trabajo, esfuerzo y dedicación, en concreto nosotros hemos estado un año y medio, siguiendo la terapia visual y de desarrollo (reflejos primitivos y lateralidad) que tú nos marcabas. Pero merece la pena, porque los cambios en un año han sido espectaculares.
No se puede decir cómo va sucediendo porque no es algo instantáneo de un día a otro, sino que fuimos haciendo los ejercicios de terapia y un día te das cuenta de que ya lee sin silabear, que ya no se salta las líneas que ya no invierte las silabas, que su comprensión lectora ha mejorado, quizá ese fue el primer cambio que notamos a los tres meses de empezar y eso nos dio el ánimo de seguir, luego llegan muchos otros, pero como un día mágico recuerdo cuando un día nos mandaste unos laberintos complicadísimos donde mi hijo debía ir señalándome el camino indicándome derecha, izquierda, arriba, abajo puesto a mi lado y lo mismo pero de frente con la dificultad de que ahora debía decirme mi derecha (no la suya pues estaba de frente), pensé que estabas loca!! (pero si era incapaz de distinguir la derecha de la izquierda!) y me fui a casa diciendo esto no lo consigue ni loco y cuando lo comenzamos a hacer…fue increíble, lo hacía perfecto a mi lado, pero de frente no tardaba ni un segundo ni se equivocaba!! Pero claro tú me lo explicaste muy bien durante todos los meses previos habíamos estando trabajando sobre eso, y ahí estaban los frutos, ese día lo recuerdo como un punto de inflexión un antes y un después, una seguridad y una felicidad absoluta de que había hecho lo correcto y lo mejor para mi hijo.
Bueno ahora que ya hemos terminado la terapia, puedo decir que mi hijo ya no tiene ningún problema para leer, no silabea, no se salta líneas, lee con ritmo, además ya no tiene ningún problema de lateralidad, distingue perfectamente la derecha de la izquierda, no ha vuelto a confundir ninguna letra, ni números, ya no tiene problemas con las series, al punto de que las tablas de multiplicar las aprendió enteras solo con el trabajo dentro del colegio, es capaz de narrar historias en sentido cronológico, su memoria también mejoró de forma espectacular, antes no conseguía retener nada de lo que aprendía y ahora lo estudia solo y lo aprende rápidamente.
Por supuesto nunca le medique, recurso fácil que no dudo será adecuado en algunos casos pero que desde mi punto de vista sufre un abuso excesivo en casos que no deberían y mi hijo ahora que está en 5º de primaria tiene menos problemas y le resulta todo más fácil que cuando estaba en primero, ojala hubiera empezado antes.
Hay un antes y un después en mi hijo y estoy muy agradecida a los padres que sin otro ánimo que el de ayudar colgaron sus experiencias en internet, a ti por haberte ido a EEUU y estudiar algo que tanto ha ayudado a mi hijo, a tu trato cálido y cariñoso y ojala mi experiencia sirva para que otros padres se animen porque sinceramente creo que puede ayudarles, en cualquier caso yo animo a que acudan a la primera cita contigo, no tienen nada que perder y sí mucho que ganar y si los cambios son como los de mi hijo, MERECE LA PENA.
Un saludo muy fuerte Rosa y si me necesitas ya sabes dónde estoy.
María
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Conocer a María y Mateo (a toda la familia realmente) fue un verdadero placer. Aprendí un montón con ellos y me alegra que Mateo pueda desarrollar una vida normal sin dificultades. Ya las dificultades las pone la vida... :-)
Me alegra que María haya hecho alusión al esfuerzo y tiempo que la terapia requiere, para que no lleve a confuisón. Los problemas de desarrollo ni se solucionan en 3 meses, ni se solucionan solos, hay que trabajar para encontrar todas esas mejoras que encontraron ellos día a día.
Ellos lo hicieron y vieron su fruto, Mateo entendió por qué hacía todo aquello y eso le motivaba a hacerlo y acabarlo. El exito de la terapia realmente no está en mi trabajo si no en las familias que se lo toman en serio y trabajan para conseguirlo DÍA A DÍA.
Que este testimonio os sirva para daros cuenta de que no todos los TDA diagnosticados como tal, lo son.
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