EVALUACIÓN OFTALMOLÓGICA
Resumiendo (no entro en detalle en el tipo de pruebas):
1. El oftalmólogo descartará principalmente que el ojo y la vía visual estén sanos y que no haya ninguna patología responsable de esa baja visión (catarata, lesión en retina, tumores, etc.). De existir una patología, habrá que sopesar si tras tratar dicha patología el ojo puede recuperar visión. Si no puede, porque el ojo esté muy dañado, se trata de una neuropatía y no de una ambliopía funcional recuperable.
2. Una vez descartado esto y comprobando que el ojo está sano, en el caso de los niños, el oftalmólogo dilata la pupila para saber de forma objetiva y fiable si existe una graduación que le está haciendo ver borroso (sobre todo una hipermetropía).
3. El oftalmólogo a veces también evalúa movimientos oculares y visión 3D, pero por encima, porque para ellos, no les da ningún valor relevante de cara a la ambliopía.
EVALUACIÓN OPTOMÉTRICA
Comprobamos cómo se ha desarrollado su visión, cómo está funcionando y cómo se ha adaptado su cerebro sensorialmente con los años a esta ambliopía antes de ser detectada:
Como comenté en una entrada hace tiempo, el niño si ve mal no se va a quejar, NUNCA VA A DECIR QUE VE BORROSO O QUE VE DOBLE. Sólo cuando se le ponen las gafas por primera vez, Y VE DE OTRA MANERA, él dice que se le ha encendido una luz, las cosas no se mueven, las palabras están quietas en el papel, etc. Pero porque ya sabe comparar. Antes, él pensaba que todos vemos así.
Cuanto más tardamos en detectar esta ambliopía, su cerebro tiene que defenderse de esa situación visual y adaptarse lo más rápido posible porque es muy incómodo ver borroso o doble. Por tanto, el cerebro al final acaba aprendiendo a ignorar una imagen y sólo procesa la otra. Pero esto que parece tan fácil, al cerebro le lleva su tiempo de adaptación y de crear patrones visuales diferentes. Mientras eso ocurre, el niño es más torpe, no le gusta hacer tareas que requieran precisión con sus manos, evita los deportes y juegos de pelota, evita la lectura y escritura, o colorear, no le llama la atención lo que hay a su alrededor y parece un niño tímido...
Pues bien, toda esta “adaptación sensorial” que al niño le ha llevado su tiempo, es lo que evaluamos desde la optometría. Tratamos de entender todo el proceso por el cual ha pasado.
Para ello,
1. Evaluamos cómo está funcionando su visión, es decir cómo recibe la información visual a través de sus 2 ojos y cómo están funcionando los dos: HABILIDADES VISUALES:
- Agudeza visual de lejos Y DE CERCA (cómo de claro ve cada ojo y los dos, con y sin su mejor corrección).
- Les graduamos si previamente no lo ha hecho el oftalmólogo. O en el caso de los niños más mayores y adultos con quienes la prueba subjetiva ya puede ser más fiable.
- Precisión y amplitud de sus movimientos oculares (fijación, seguimientos y sacádicos –saltos-). Responsables principalmente de la calidad de su lectura, escritura, copia, dibujo, pintura, y coordinación en deportes y juegos.
- Descartamos que no exista un estrabismo (IMPORTANTE!!)
- Acomodación (capacidad de enfoque para mantener nítida una tarea cercana de forma prolongada y para cambiar el enfoque a diferentes distancias).
- Convergencia (capacidad para que ambos ojos apunten a un mismo objeto en el espacio cercano). Normalmente, aun teniendo un ojo vago, si no existe estrabismo, suelen haber desarrollado una pequeña respuesta gruesa de convergencia gracias a la conexión que se establece con su retina periférica.
- Divergencia (capacidad para que ambos ojos apunten a un mismo objeto en el espacio lejano). Normalmente, esta habilidad en los tiempos que corren, los niños en general (e incluso muchos adultos) la tienen menos desarrollada que la convergencia, porque casi todas las actividades visuales que realizan las hacen en espacio cerrado y cercano (escribir, leer, pintar, videoconsolas, móvil, tabletas, etc.). en una ambliopía, muchas veces no han llegado a desarrollar ni siquiera una respuesta gruesa de divergencia.
- Por este motivo, a pesar de tener una respuesta gruesa de convergencia, lo llegan a desarrollar una visión 3D o lo que llamamos estereopsis o estereoagudeza (agudeza visual tridimensional). Porque en ningún momento los dos ojos han visto juntos y AL CEREBRO SI NO SE LE ENSEÑA CÓMO HACERLO, NO APRENDE SÓLO pasada una edad.
- Pruebas de salud visual aunque haya sido revisado previamente por el oftalmólogo para descartar causa orgánica:
- Visión del color
- Respuestas pupilares para descartar que la vía visual neurológica esté sana.
- Polo anterior (es decir, aspecto del ojo por fuera)
- Polo posterior (es decir, aspecto del ojo por dentro –retina- y calidad de la fijación de su fóvea, que normalmente no es estable debido a esa baja agudeza visual y acomodación).
2. EN EL CASO DE LOS NIÑOS: También evaluamos cómo procesa su cerebro la información visual que entra a través de sus ojos. Cada ojo no lo hará de la misma manera, dado que siempre es uno el que manda principalmente la información al cerebro y es a partir de esa información, con la que el cerebro elabora su respuesta.
HABILIDADES PERCEPTUALES: Son las habilidades que se desarrollan en la infancia a partir de nuestras experiencias y con las que el cerebro aprende a procesar, discriminar, relacionar, comparar, memorizar, etc., para responder de la manera más adecuada y rápida. A partir de las experiencias básicas, como contar, relacionar, más grande-más pequeño, dentro-fuera, etc, el niño aprende y le permite desarrollar aprendizajes futuros más complejos:
- Discriminación visual.
- Memoria visual y memoria visual secuencial.
- Relaciones espaciales
- Constancia de forma
- Figura-fondo
- Cierre visual
- Coordinación ojo-mano fina y gruesa
Si estas habilidades no se desarrollan correctamente el niño tendrá problemas de comprensión, de concentración, de lectura,… y en definitiva de aprendizaje.
Puede ocurrir que el “ojo bueno” las haya desarrollado muy bien y que supla con ese ojo el trabajo que deberían hacer los dos. Esto mismo se extrapola a los hemisferios cerebrales: si sólo uno de los hemisferios ha aprendido a procesar la información visual de forma eficiente, el esfuerzo es mayor y a la larga puede dar problemas de rendimiento, si no es a la edad escolar o académica, puede ser a la edad adulta.
De estas habilidades escribiré más adelante en detalle en mi otro blog Visión y Aprendizaje
3. Además, evaluamos cómo ha afectado su ambliopía a su desarrollo general (coordinación gruesa, lateralidad y reflejos infantiles).
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"Divergencia (capacidad para que ambos ojos apunten a un mismo objeto en el espacio lejano). Normalmente, esta habilidad en los tiempos que corren, los niños en general (e incluso muchos adultos) la tienen menos desarrollada que la convergencia, porque casi todas las actividades visuales que realizan las hacen en espacio cerrado y cercano (escribir, leer, pintar, videoconsolas, móvil, tabletas, etc.)"
ResponderEliminarMe ha llamado especialmente la atención esta parte del artículo.
¿Se puede hablar de una "miopización" de las poblaciones occidentales en las últimas décadas?
Tengo entendido que la miopía (especialmente en pequeñas graduaciones, de una o dos dioptrías) está hoy día mucho más extendida en los países occidentales que hace 50 ó 100 años, debido precisamente a la realización de actividades que implican un mayor uso de la visión cercana (como las que vienen mencionadas en ese fragmento del artículo que he copiado).
Esto provocaría un escaso uso de la visión lejana, la falta de desarrollo y la atrofia de esa capacidad, lo cual aumentaría el riesgo de sufrir miopía.
¿Son ciertos esos razonamientos y se ajustan a la realidad? ¿O se pueden matizar de alguna forma?