lunes, 29 de diciembre de 2008

Unas cuantas cifras...

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Fragmentos traducidos de una Presentación a la Sociedad Internacional de la Oftalmología Geográfica y Epidemiológica por David Dunaway y Ian Berger (InFOCUS Center for Primary Eye Care Development).

[…] Se estima que el número de personas en el mundo con un error refractivo es de 800 millones a 2.30 millones. La Organización Mundial de la Salud no posee datos de poblaciones muy grandes como (grupos de naciones o países enteros) […]

[…] En cuanto el porcentaje de toda una población con error refractivo, Daniel Etyale de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) informó en una sesión especial de error refractivo en la Conferencia Internacional de la Agencia para la Prevención de la Ceguera en 2001, que se considera que el 5-15% de los niños tienen errores refractivos, la mayoría de los cuales no están corregidos y que actualmente hay una necesidad para estudiar la población y determinar estas figuras. […]

[…] Aunque no se han recopilado suficientes datos para predecir exactamente el predominio por dioptría de corrección para la mayoría de las poblaciones, la información general de predominio en los 3 tipos de errores refractivos y de presbicia, pueden proporcionar una orientación de qué esperar.
- La Hipermetropía, por ejemplo, está presente normalmente en el nacimiento, excepto en los prematuros. La cantidad de hipermetropía disminuye hasta los 4 años de edad y el predominio de hipermetropía menor de +1.25 dioptrías (D) (una cantidad normalmente difícil de compensar debido a la acomodación) es del 4-7% entre los 5-20 años de edad, permanece constante hasta la temprana mediana edad, luego aumenta en las personas de 45 años o más. […] La hipermetropía también ocurre en pacientes con pobre control de la diabetes y en aquellos que han sufrido una cirugía de catarata.
- El predominio de la Miopía varía con la edad, raza y sexo, aumentando al menos hasta la adolescencia, y está presente en un 1% de los niños en la edad de 5 años, aumenta al 8% a la edad de 10 años y sobre el 15% a los 15 años. La miopía ocurre ligeramente más frecuentemente en mujeres que en hombres.
- El predominio del Astigmatismo puede llegar a ser tan alto como el 70%, si todas las cantidades son incluidas, pero se considera que disminuye al 3% si la extensión se limita a 1.25D o más. […] Si el astigmatismo es mayor de 1D, suele desarrollarse antes de los 2 años.
- La presbicia, sin ser un error refractivo, es debido a una pérdida de la capacidad de acomodar. Esto suele empezar a la edad de 38-45 años y el predominio es del 100% a los 55 años. Una aparición temprana está asociada a una hipermetropía. […]


ENTRADA RELACIONADA
Alteraciones visuales refractivas. Algunas aclaraciones.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Alteraciones visuales refractivas. Algunas aclaraciones.

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Como escribí en la anterior entrada, cuando evaluamos a alguien la Agudeza Visual y el resultado obtenido no es un 100% de visión (1.0, 20/20 ó 6/6), entre otras causas, puede deberse a la presencia de una “ametropía” o también llamada “alteración visual refractiva” o “defecto de refracción”.

Pero antes de explicar lo que significan estas palabras, primero explicaré qué es una Refracción Ocular: es un fenómeno físico, por el cual, los rayos de luz procedentes del objeto que miramos y de todo el campo visual alrededor de él, cuando atraviesan determinadas estructuras ópticas del ojo, cambian su trayectoria para enfocarse en la fóvea (13) y en puntos determinados de la retina. Allí, esos estímulos luminosos, se transforman en estímulos nerviosos que son enviados al cerebro (lóbulo occipital) para con la información procedente de ambos ojos, convertirla en una imagen única y nítida del objeto que miramos y de todo lo que le rodea.




Este cambio en la trayectoria de la luz, es debido principalmente a dos estructuras que actúan como lentes en el ojo: la córnea (1) y el cristalino (8). Y en menor medida, pero también influye en el “poder dióptrico” del ojo, los líquidos: el humor acuoso (4) (en cámara anterior y posterior) y el cuerpo vítreo (9) (en cámara vítrea).

Así, cuando la imagen de un objeto situado a 6 metros, es enfocada en la retina de un ojo, indica que dicho ojo es emétrope y su Agudeza Visual (si no tiene ninguna alteración patológica que lo impida) será 1.0 ó 1.2… (100% o mejor). Es decir, dicho ojo no sufre ninguna alteración visual refractiva.


Pero si:
- su Agudeza Visual es inferior al 100%
- y ésta mejora con ayuda de gafas o lentes de contacto u otra compensación óptica,
se cumplen las dos condiciones para catalogar esta alteración visual como “Defecto de Refracción” o “Ametropía”. Estos defectos se produce por una alteración en la potencia de una de las lentes del ojo o de las 2 (más curvadas en la miopía y más planas en la hipermetropía), o bien, por un cambio en la longitud axial del ojo:

Groso modo, las alteraciones visuales refractivas son las siguientes, pero en entradas posteriores hablaré de cada una más detalladamente.

MIOPÍA: la alteración más conocida por todo el mundo. Esta impide ver los objetos lejanos con claridad. En este caso, ópticamente, los rayos de luz que proceden de un objeto lejano (situado a 6 metros), se enfocan en un punto por delante de la retina, por tanto, la imagen se ve borrosa.

HIPERMETROPÍA: Esta alteración impide ver claros los objetos cercanos y a veces los lejanos también. En este otro caso, ópticamente, los rayos de luz de ese mismo objeto, se enfocan en un punto por detrás de la retina; por tanto, al igual que el ojo miope, el ojo hipermétrope también ve la imagen borrosa.
Pero a diferencia del miope, el hipermétrope pasa más desapercibido, y es una alteración menos conocida por la gente en general, porque gracias a las modificaciones que es capaz de hacer el cristalino en su curvatura, puede llegar a compensar parte de esa hipermetropía o toda si no es muy alta y permanecer latente.
Es el defecto refractivo más común en los recién nacidos, porque cuando el bebé nace, el ojo no está completamente desarrollado y al igual que el cuerpo crece, el ojo también lo hace. Así un niño con una pequeña hipermetropía puede hacerse emétrope con su desarrollo.

ASTIGMATISMO: En los defectos refractivos anteriores la córnea es esférica (como si fuera una pelota de baloncesto inflada que hemos cortado por la mitad). En este defecto refractivo la córnea sin embargo, es como una pelota de fútbol americano también cortada por la mitad.
Por tanto, cada curva tiene una potencia diferente (esto lo explicaré mejor más adelante) y en consecuencia, los rayos de luz que pasan por cada curvatura, sufren un cambio de dirección diferente, produciendo un enfoque de la imagen en distintos puntos respecto a la retina y dando lugar no sólo a una imagen borrosa, sino además un efecto de sombra en el contorno de la imagen de objetos lejanos y/o cercanos. Por este motivo, en un mismo ojo el astigmatismo puede existir al mismo tiempo con la miopía o con la hipermetropía, pero estas dos no pueden coexistir en el mismo ojo al mismo tiempo.


Todas estas alteraciones refractivas producen una “visión defectuosa”, pero en estos casos es sólo debido a una mala Agudeza Visual. Por ello, VISIÓN y AGUDEZA VISUAL no son lo mismo, porque podemos tener un valor de Agudeza Visual del 100% y ser incapaces de leer el número de la matrícula del coche de delante a 2 metros o de mantener la lectura seguida durante 1 hora. La Agudeza Visual es sólo una de las diferentes características de la visión.


Estas “ametropías” son primarias, secundarias a estas puede surgir otras alteraciones refractivas diferentes:

ANISOMETROPÍA: Es muy raro ver a una persona con la misma cantidad de ametropía en los dos ojos (no tenemos dos ojos idénticos), pero anisometropía es cuando esa diferencia es tan grande que es difícil que la información de la imagen de cada ojo que llega al cerebro se pueda fusionar (explicaré esto mejor) y formar una única imagen nítida.

AMBLIOPÍA: Es más conocido como “OJO VAGO” . Puede estar relacionada con la alteración anterior. Seguro que alguna vez habéis visto a un niño con un parche en el cole o en la calle, pues es una de las muchas maneras de tratar este problema.
En este caso, la diferencia de graduación y de las características funcionales de un ojo puede ser muy diferente al del otro, quedándose uno por detrás del otro en el proceso del desarrollo. En este caso el diagnóstico y tratamiento precoz es IMPORTANTÍSIMO.

PRESBICIA: Más tarde o más temprano todos pasaremos por esta ametropía, hasta la persona que considere que siendo joven tiene la mejor visión del mundo… Lo siento.
Es debida al proceso normal de envejecimiento del cuerpo humano. Igual que con el tiempo vamos perdiendo fuerzas, y cosas que podíamos hacer hace años ya somos incapaces, en la visión pasa lo mismo. Dentro del ojo, el músculo que controla el cambio de enfoque para distintas distancias, modificando la curvatura del cristalino, también “se cansa” y va perdiendo flexibilidad, fuerza y rapidez de respuesta. Ya no se puede enfocar tan rápido como uno quisiera, ni se puede ver pequeños detalles muy cerca. Los brazos parecen que se van a dar de sí y se desearía tenerlos más largos de lo que son para poder leer un prospecto de medicina o simplemente un periódico. En este caso el problema se tiene en las tareas que deseemos hacer en distancia cercana.


Por otro lado, hay otras alteraciones que también producen Agudeza Visual baja, pero la diferencia es que este valor no puede mejorarse con ninguna compensación óptica, no son alteraciones visual refractivas sino alteraciones patológicas: Catarata, Degeneración Macular asociada a la edad (DMAE), Glaucoma… En estos casos, es necesario un tratamiento que los optometristas no podemos ofrecer (fármacos o cirugías).

Además existen alteraciones de la visión que son independientes del valor de la agudeza visual, como por ejemplo: un campo visual reducido, una alteración de la visión del color, un problema para enfocar eficazmente cuando leemos un libro, o para trabajar ambos ojos conjuntamente, o para discriminar formas, o para recordar lo que vemos, o para copiar algo que vemos, o para seguir una línea recta… Por tanto, estos no son trastornos de la agudeza visual.

TQP


ENTRADAS RELACIONADAS
Alteraciones refractivas: Miopía (1). Visión y Síntomas
Alteraciones refractivas: Hipermetropía.(1) Visión y Acomodación
Alteraciones refractivas: Astigmatismo.(1) Visión
Problemas refractivos: Anisometropía
Defecto fisiológico: Presbicia (1) Visión, Aspecto y Síntomas
Unas cuantas cifras...

miércoles, 29 de octubre de 2008

Una buena visión no es sólo tener 100% de Agudeza visual

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Igual que no es lo mismo “ver” que “mirar”, en la visión no sólo es suficiente que la luz se enfoque en un punto determinado de la retina para que veamos el 100%, sino que ADEMÁS, visión es entender lo que vemos.

Para entender esto, primero explicaré lo que significan las palabras Agudeza Visual que tantas veces empleamos con los pacientes al decir “Usted ve un X por ciento”, pero puede que no tengáis muy claro lo que ello significa realmente.

Cuando evaluamos la prueba de Agudeza Visual, estamos midiendo la capacidad de una persona para identificar unas letras, dibujos o signos, a una distancia a la que deberían ser vistos; y el valor final es el tamaño de los símbolos más pequeños que el paciente sea capaz de leer a dicha distancia.


Me explico un poco mejor: cuando realizamos esta prueba, el paciente debe sentarse a unos 6 metros (20 pies) de las letras (por falta de esa distancia en muchas consultas u ópticas, existen unos proyectores especiales que simulan esos 6 metros, aunque físicamente no exista esa distancia real). Al decir que una persona tiene 100% de visión, 1.0 ó un 20/20 (6/6) (es todo lo mismo), lo que queremos decir es que dicha persona ve a 6 metros lo que se debería ver a 6 metros. Pero si por ejemplo, esa persona ve 20/10 (6/3 ó 0.5), nos indica que a la distancia de 6 metros, sólo llega a ver lo que se debería ver a 3 metros, es decir, tiene el 50% de visión.


La Agudeza Visual por tanto, es la capacidad de ver los detalles de un objeto. Pero precisamente porque dicho objeto no se encuentra flotando en la “nada”, sino que además, hay muchos más objetos que lo rodean, nosotros estamos a una distancia del objeto, con él podemos querer realizar una acción y otros sentidos pueden estar implicados en esa decisión…, la visión no sólo es ver claro ese objeto, sino que intervienen muchas más “cualidades visuales” como vimos en una entrada anterior.


"Se estima que el 80% de todo el aprendizaje durante los 12 primeros años del niño se produce a través de la visión".

Porque un niño o un adulto tenga una Agudeza Visual en un determinado test del 100%, no implica que tenga buena visión, ya que puede tener problemas para enfocar un texto cuando lee un libro, o puede tener mala coordinación ojo-mano y tener una mala escritura, o puede tener problemas para que sus dos ojos trabajen de forma coordinada y conjunta y se canse a los 10 minutos de estar haciendo un tarea en cerca, o puede ser “torpe” y golpearse con las cosas porque no calcula bien las distancias. En todos estos ejemplos está implicada la visión y con ellos sólo quería demostraros que aunque tengamos una Agudeza Visual del 100%, puede que no tengamos una Visión del 100%.

En muchas ópticas, cuando una persona va a hacerse una revisión, se limitan a obtener este resultado y a averiguar con qué lente puede mejorar ese porcentaje (si hay miopía, hipermetropía o astigmatismo), sin pararse a evaluar si esa visión funciona bien y si trabaja conjuntamente con otros sentidos. Es decir, para ellos la meta es conseguir ver el 100% de agudeza visual y no plantearse si hay algún otro síntoma que demuestre que no sólo se trata de mejorar la Agudeza, sino también de mejorar el rendimiento cuando se trabaja en cerca, o mejorar en un deporte o mejorar la lectura y su comprensión. Por ello, como no siempre se relacionan los problemas que se tienen en la vida diaria con un problema en la visión, yo os recomiendo que visitéis una consulta especializada que os ofrezca un estudio más amplio. Os sorprenderíais de cuántos síntomas y problemas en el cole, pueden eliminarse con la Terapia Visual y lo que ésta puede mejorar la calidad de vida en general de cualquier persona.

Un niño puede ser diagnosticado con una “visión perfecta” por un óptico o un oftalmólogo (indistintamente) simplemente por tener un 100% de Agudeza Visual, sin medírsele las habilidades visuales (enfoque, visión periférica, coordinación ojo-mano, discriminación de formas, relaciones espaciales,…) necesarias para tener un correcto aprendizaje o una buena coordinación corporal. En otra entrada posterior os contaré más detenidamente los problemas visuales relacionados con el aprendizaje.


Si un niño se tiene que esforzar en el colegio, en los deportes o en su conducta en casa, tanto padres como profesores deberían considerar que puede existir un problema visual, más allá de una Agudeza Visual.

Un ejemplo comparativo sencillo es el siguiente: cuando leemos no basta con verbalizar lo que vemos escrito y leer como un papagayo, tenemos que comprender lo que vemos. Por tanto, cuando leemos, no sólo es necesario que veamos las letras nítidas, tenemos que saber, recordar, interpretar y verbalizar lo que está escrito y de todo ello se encarga el proceso de la visión.


Por tanto, después de todo esto, mi meta es que tengáis claro que cuando vais a una consulta u óptica, la medida de la AV debe ser SÓLO un dato obtenido de toda la evaluación visual para obtener un diagnóstico preciso.



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¿Dónde va lo que vemos? – Procesamiento de la información visual (del ojo al cerebro)
¿Qué otras informaciones nos entran por los ojos?

lunes, 6 de octubre de 2008

Más vale prevenir que curar…

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Este dicho es muy famoso, pero no siempre le hacemos caso.


Prevención y Detección Precoz

La optometría básicamente se encarga de detectar anomalías visuales, es decir, problemas de visión, problemas de rendimiento relacionados con la visión, problemas de desarrollo relacionados con el desarrollo de la visión, etc. Por tanto, si esta detección se hace lo más pronto posible el tratamiento será más efectivo, necesitará menos tiempo llevarlo acabo y los resultados serán más duraderos.


¿Cómo saber si sufrimos alguna anomalía visual?

PARTIENDO DE QUE NO EXISTA NINGUNA PATOLOGÍA O ENFERMEDAD OCULAR, si notáis que tenéis problemas para ver a alguna de las distancias (para leer, escribir, dibujar, ver la televisión, conducir, practicar algún deporte, usar el ordenador,…), eso indica que probablemente tenéis algún “defecto o error de refracción” (miopía, hipermetropía, astigmatismo, anisometropía, presbicia,… conceptos que ya iré explicando ampliamente en posteriores entradas). Estos problemas visuales nos son patologías o enfermedades de los ojos, pero pueden producir grandes molestias en las tareas de la vida diaria, aunque sean de pequeña cuantía.
Estos problemas son “alteraciones visuales cuantificadas”, y con una compensación (gafas, lentes de contacto o prismas), normalmente son corregidas (NO ELIMINADAS).

Pero por otro lado, tenemos otros “problemas de calidad de visión” (tampoco son enfermedades del ojo), que no son demostradas con datos cuantitativos compresibles para el paciente, pero sin embargo, casi pueden crear más frustración e impotencia que los anteriores problemas. Esto es porque mucha gente no sabe muy bien qué le ocurre, o no sabe dónde acudir con su problema.
Afortunadamente, cada vez hay más ópticas o consultas donde hacen evaluaciones más completas que una simple graduación para sacar dichos “errores refractivos”. Allí se detecta cuál es la razón de: un problema de mal rendimiento en el trabajo o en el colegio, un problema de aprendizaje, un problema en el desarrollo visual, un problema de torpeza o de equilibrio, un problema de incapacidad de leer un libro durante largo tiempo, un problema de mareo en el coche, un problema de dislexia, etc. Supongo que no imaginabais lo relacionado que está la visión con todo lo que hacemos cada día; y muchas veces no os dais cuenta de que tratando el problema desde la visión, se puede solucionar el problema visual y el problema que no sabíais cómo “solucionar”.


¿Qué hacer si creemos que tenemos un problema visual?

Si tenéis cualquiera de estos problemas o cualquier otro que penséis que puede relacionarse con la visión (si tenéis alguna duda, en los comentarios podéis consultármelo, para confirmaros si vuestro problema se trata de un problema visual que alguno de mis colegas pueda diagnosticar; seguro que vuestro problema lo tiene mucha gente, y orientándoos a vosotros podemos ayudar a más gente; pero como dije en la entrada de bienvenida, nunca os daré una solución o tratamiento a vuestro problema, porque necesitaría evaluar cada caso aisladamente), os recomiendo que acudáis a un optometrista cualificado y que pidáis que os haga una evaluación completa de vuestra visión. Tras un adecuado examen visual, os dará la mejor opción de tratamiento (compensación óptica, terapia visual, terapia de reflejos o terapia de movimientos rítmicos, fototerapia optométrica…–tratamientos que también explicaré detenidamente en entradas posteriores-), u os remitirá al profesional que crea más adecuado a vuestro problema.


Un problema pequeño siempre es más fácil de tratar que un problema grande.

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Signos y síntomas identificativos de un problema visual

lunes, 22 de septiembre de 2008

Signos y síntomas identificativos de un problema visual

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La detección de alteraciones visuales, sobre todo en la infancia, se realizan observando y evaluando las actitudes y comportamientos del niño cuando se realiza una tarea.


- Picor, escozor o lagrimeo de ojos
- Parpadea o se frota mucho los ojos
- Guiña los ojos o frunce el ceño para ver mejor
- Visión borrosa de lejos o de cerca
- Cuerpo rígido o echar la cabeza hacia delante o hacia atrás al leer o mirar un objeto lejano
- Se acerca a la televisión, o al escribir o leer un libro
- Dificultad para copiar de la pizarra
- Fatiga visual inusual al terminar una tarea o deterioro de la lectura tras períodos prolongados
- Omisión de las tareas de cerca
- Se cansa rápidamente cuando lee, escribe o dibuja
- Le molesta el sol o los cambios de luz.
- Dolor de cabeza o de ojos
- Conducta negativa en la escuela o en el trabajo
- Mala postura de cabeza o cuerpo
- Un ojo se desvía o apunta a una dirección diferente que el otro ojo (mirarlo cuidadosamente, esto puede ser muy sutil). Es significante aunque sólo ocurra cuando el niño está cansado o estresado.
- Cierra o se tapa un ojo, o gira o inclina la cabeza, al leer o ver la TV…
- Visión doble

- Dificultades generales en la lectura:
  • Movimiento de la cabeza al leer en lugar de los ojos
  • La letras parecen juntarse
  • Lectura lenta para su edad
  • No se entera de lo que ha leído o no lo recuerda
  • Pierde el lugar, salta el renglón o relee palabras o renglones
  • Tiene que ayudarse del dedo como guía en la lectura
  • Lectura en voz alta o moviendo los labios
  • Omite, añade palabras o intenta adivinarlas a partir del reconocimiento rápido de una parte de ellas
  • Mezcla sílabas al leer y los números en las matemáticas
  • Invierte letras, sílabas o palabras
  • Evita la lectura u otras tareas de cerca

- Dificultades generales en la escritura o en la habilidad motora de la mano:
  • Tamaño de letra irregular e inconstante
  • Escaso espaciado
  • Incapacidad para escribir en línea recta sin torcerse
  • Inversión de letras o palabras al escribir o copiar
  • Preferencia por la lectura, en contraposición con el juego o las actividades motoras.
  • Preferencia por los exámenes orales a los escritos.
  • Se sale del dibujo al colorear
  • No le gusta dibujar
  • Mal agarre del lápiz, o saca la lengua o hace gestos raros en la cara cuando usa la mano para hacer algo que requiere coordinación ojo-mano
  • Lentos cuando tiene que seguir un dictado

- Le cuesta comprender y seguir unas instrucciones
- Se choca con los objetos
- A veces parece torpe
- Se distrae fácilmente
- Poca atención en las tareas y necesita muchos descansos
- Problemas de concentración
- Los deberes le llevan más tiempo del que debería
- Problemas de memoria visual
- Carácter negativo y/o agresivo
- Problemas para adaptarse a los cambios
- Abandona fácilmente (dice “no puedo” , antes de intentarlo)
- Mareos, nauseas o mareos debido a movimiento
- Malas posturas al sentarse o trabajar
- Incapaz de mantenerse en una silla sentado más de 5 minutos
- Anda de puntillas
- Problemas de equilibrio
- Confusión de la derecha y la izquierda en él mismo y/o en el espacio en mayores de 7 años (y a veces arriba y abajo).
- Malos en deportes o en juegos o actividades de coordinación ojo-mano y ojo-pie (habilidades de pelota y juegos en equipo): coger o golpear una pelota.
- Etc.


Estas manifestaciones os ayudará a vosotros mismos a detectar si cualquier niño, que tengáis en vuestro entorno, puede tener un problema visual sin diagnosticar.


Además, en la consulta optométrica, el profesional os entregará u os hará un breve cuestionario acerca del niño, su desarrollo y sus hábitos visuales. Algunas veces éste es muy largo o tedioso o incluso a veces, no sabéis qué relación pueden tener, algunas de las preguntas que os están haciendo, con los ojos o con el problema que traéis; pero en estos cuestionarios no hay ninguna pregunta puesta por poner, todas dan una información muy importante que ayudará al optometrista a conseguir un mejor diagnóstico del problema que tenga el niño. Por tanto, aunque todos piensan que sus hijos son maravillosos y perfectos, pensad que si vais a la consulta es porque sospecháis algo, y si es así, es mejor ser lo más sinceros posibles a la hora de rellenar dichos cuestionarios, porque las mentiras, las medias verdades o medias informaciones o menospreciar los datos en los que el niño no es tan habilidoso no ayudan; esos datos son los que más nos pueden aportar de ese cuestionario.

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miércoles, 3 de septiembre de 2008

¡¡¡Vuelta al cole!!!

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Cuando llega Septiembre todos empezamos nuestro “año escolar” -no sólo los niños-, tanto si nos fuimos en Junio, en Julio o en Agosto de vacaciones, o como si no nos fuimos. En verano todos bajamos nuestro ritmo de trabajo; el buen tiempo, el calor, los niños sin cole, y quizás, nuestras ciudades más vacías y tranquilas, hacen que disfrutemos más nuestro tiempo y no sigamos el ritmo frenético del resto del año.

Por ello, nuestro sistema visual está mucho más relajado, ya que si baja nuestro estrés laboral, también baja nuestro estrés visual. En vacaciones, si leemos es por ocio o si hacemos alguna tarea en distancia de cerca, es porque estamos retomando alguna afición olvidada. En cualquiera de esos casos, la tensión es mínima y descansamos cuando queremos. Así, Septiembre es el mejor mes para hacernos una revisión de nuestra visión. Ésta estará en su estado más puro y relajado, dará los valores más reales que posee, tanto en cantidad como en calidad de visión (graduación, enfoque, fusión, percepción, agudeza visual, integración con otros sistemas sensoriales,…); además, emocionalmente todos estamos más relajados cuando volvemos de vacaciones, y todo afecta.

Por tanto, antes de retomar el ritmo acelerado de todo el año, es recomendable hacerse un chequeo completo de la visión para comprobar que todo está bien, o para poner soluciones si existe algún problema antes de que los síntomas surjan, o sencillamente para recibir unas pautas por parte del optometrista de una buenas Normas de Higiene Visual y de Ergonomía, que no hacen mal a nadie.



El caso particular del niño

Pero si comprobar que el sistema visual está en pleno rendimiento (sin nada que lo altere) es importante en un adulto, imaginaos lo importante que es en un niño, donde cualquier problema visual puede dificultar su correcto aprendizaje en la lectura o en la escritura, en su coordinación ojo-mano, en su desarrollo motor o en su equilibrio para realizar cualquier deporte, en su percepción, en su integración de la información visual con la de otros sentidos… Todo esto le creará limitaciones sociales que irán en perjuicio de su desarrollo, su personalidad y su carácter.

El niño está en continuo desarrollo y cualquier obstáculo que se le presente durante el mismo (en este caso hablo del desarrollo visual, pero le afectaría cualquiera alteración en cualquier sentido que le aporta una información que debe integrar), puede alterar todo el procesamiento de la información visual:
  • la forma de recibir una información,
  • la forma de integrar dicha información,
  • la forma de procesar esa información,
  • o incluso, la forma de responder a la información recibida,
realizando cualquiera de estas acciones DE UN MODO DIFERENTE AL RESTO DE LOS NIÑOS DE SU CLASE; así, cualquier actividad escolar o de su vida diaria (incluso jugar con sus amigos), puede requerir por su parte: más esfuerzo, más tiempo, más energía que le hace estar más cansado, más concentración que le hace perderla con facilidad cuando se cansa de mantenerla, más apoyo de otros sentidos o de otras habilidades que le hace ejecutar ciertas actividades de forma desequilibrada, etc.


Entre 0 y 14 años es muy importante detectar y tratar cualquier alteración visual, ya que en el sistema visual se están produciendo constantes cambios anatómicos y fisiológicos según el niño se va desarrollando, dando lugar a la formación de los patrones visuales y a todas las conexiones neurológicas que afectarán a su futura Percepción. Además, en los primeros años de vida el niño está aprendiendo de todo lo que le rodea y de todo lo que hace, y como escribí en otra entrada anterior (de mi otro blog), MUCHA de esa información entra a través de los ojos. Un problema visual (SIN SER UN PROBLEMA PATOLÓGICO) puede ocasionar:
  • problemas de rendimiento académico,
  • problemas de rendimiento deportivo,
  • fracaso escolar (a largo plazo),
  • y lo que es peor, problemas de autoestima.

Una vez el problema visual ha desaparecido (se ha tratado), estos escolares mejorarán sus notas, estarán más contentos y serán más sociales. Se sentirán más capaces de afrontar retos difíciles de la etapa escolar.

Por eso, es tan importante un DIAGNÓSTICO PRECOZ a estas edades; y tanto padres como educadores son los responsables de detectar cualquier mínimo problema que presente el niño en la realización de sus tareas diarias. El niño no se va a quejar porque no sabe lo que es un problema de visión, y piensa que todo el mundo ve como él, y si sus compañeros sacan mejores notas que él o juegan mejor al futbol, él sencillamente se irá formando una opinión negativa de él mismo (“Soy más tonto o más torpe que los demás”), reafirmada muchas veces por el entorno, sin saber que hay “algo” que le impide estar en las mismas condiciones que el resto de sus compañeros de clase o amigos al realizar cualquier actividad.


Uno de cada tres niños en edad escolar sufren algún problema de visión SIN DIAGNOSTICAR, y alrededor del 30% del fracaso escolar está relacionado con anomalías visuales.

En otra entrada tenéis una lista de SIGNOS Y SÍNTOMAS que podéis tener en cuenta para detectar si vuestro/a hijo/a o alguno de vuestros alumnos tiene algún problema visual (algunos de los síntomas de esta lista también es válida para los adultos). Pero para haceros una idea, cualquier problema en la visión puede acarrear que el niño:
  • no pueda seguir atentamente las explicaciones del profesor en la pizarra si no ve bien de lejos,
  • no pueda leer y estudiar con comodidad si ve mal de cerca,
  • no pueda entender lo que lee si se tiene que esforzar en leer bien,
  • rechazará constantemente ir al colegio,
  • su comportamiento será distraído y le costará centrarse en las lecciones o en cualquier actividad que requiera gran atención,
  • no le gustará hacer los deberes,
  • se sentirá aislado y retrasado paulatinamente del resto de sus compañeros respecto a su aprendizaje,
  • por ello, puede volverse introvertido o incluso desarrollar un complejo de inferioridad, muy negativo para su desarrollo como estudiante y como persona.

Muchas veces los padres y los educadores achacan esta actitud negativa a problemas psicosociales, a problemas de lecto-escritura (dislexia) o de hiperactividad, cuando lo más probable es que sólo sea causa de un problema visual sin tratar.

Aunque un niño no haya desarrollado su sistema visual con normalidad, cuanto antes detectemos el problema, antes podremos tratarlo y ayudarle a potenciar su sistema visual, llegando a recuperar su nivel de desarrollo normal para la edad del niño. Esto ocurre porque cuanto más pequeño es el niño, más plástico es su sistema visual, debido a que aunque el órgano visual se desarrolla completamente hasta los 2 años, hasta los 6 años su sistema visual no consigue su funcionalidad completa. Así, si durante ese período su visión tiene cualquier alteración (miopía, astigmatismo, desviación de un ojo, ojo vago, reflejo primitivo sin inhibir,…), el desarrollo no será igual, y si no se trata a tiempo dará lugar a dificultades en su vida diaria. No hay que dejar que pase el tiempo a ver si se soluciona solo, PORQUE NO LO HARÁ, irá a más y puede ser demasiado tarde cuando queramos hacer algo.


También, puede ocurrir que hasta el momento el niño no haya tenido problemas en el colegio y pensemos que su visión está correctamente, y los padres decidan que no necesita una revisión visual HASTA QUE NO MANIFIESTE ALGÚN PROBLEMA EN EL COLEGIO. No hay que esperar a que eso ocurra, una revisión rutinaria no hace mal a nadie y puede evitar que surjan los síntomas y los problemas de rendimiento en el colegio.
Puede ocurrir, que en los cursos anteriores, el niño no tuviera problemas, pero que según transcurre el nuevo curso, manifieste problemas de rendimiento o malas notas que hasta ahora no tenía. Eso sencillamente puede querer decir que el niño presenta un problema visual latente que hasta ahora no se había manifestado porque la exigencia académica no era lo suficientemente alta como para hacerla patente. Pero al aumentar la demanda académica, al aumentar de curso, un problema visual que parecía controlado, se descontrola, porque por ejemplo, el esfuerzo por entender un texto más complicado puede evidenciar un problema de lectura, que antes no parecía que existiera.


Por todo esto, como optometrista, recomiendo que cualquiera de nosotros deberíamos hacernos una revisión visual mínimo una vez al año y SOBRE TODO LOS NIÑOS. Y con “revisión visual” no me refiero sencillamente a ir al oftalmólogo -que también es recomendable, para saber si los ojos están sanos-, o hacer una simple medida de Agudeza Visual, sino el acudir a un optometrista cualificado que pueda evaluar si su sistema visual está preparado para funcionar a pleno rendimiento.


Cualquier alteración visual en niños o adultos, hace que nuestra visión no sea eficaz y en consecuencia nuestro aprendizaje o trabajo tampoco lo sea.

martes, 26 de agosto de 2008

Y de nuevo en España…

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Reanudo los escritos, después de este gran parón de más de un mes si poder publicar en el blog debido, por un lado, a la mudanza que he hecho de nuevo a mi país (nuestra aventura americana, después de año y medio, acabó :-( ); y por otro lado, a una recepción en casa con problemas familiares serios. Por este último motivo, espero volver a recuperar el ritmo de publicación, pero si tardo en publicar, no penséis que me he olvidado del blog. Es algo que me encanta hacer y si nada me lo impide, seguiré escribiendo cuando pueda.

lunes, 21 de julio de 2008

¿Qué otras informaciones nos entran por los ojos?

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Además de las cuatro importantes rutas que sigue la información visual para ser procesada (que ya os mostré), hay ciertos estímulos que entran por los ojos y que también van a otras vías del sistema nervioso para provocar las respuestas adecuadas.

EJEMPLO 1:
Cuando entramos en un túnel, encendemos las luces de nuestro coche pero aún así, nuestros ojos tienen que acostumbrarse a la repentina disminución de luz para ver nítido de nuevo y conducir con seguridad.
Para ello, esa información llega a los NÚCLEOS PRETECTALES (una estructura en el mesencéfalo próxima a los Colículos Superiores). Estos a su vez, manda la información de “poca luz” a los NÚCLEOS DE EDINGER-WESTPHAL y finalmente estos al GANGLIO CILIAR, quien manda una orden al MÚSCULO DILATADOR del iris para que la pupila aumente su tamaño (se dilate) y entre más luz y así, estimule los bastones de la retina; de esta manera, ellos nos darán la información que necesitamos para seguir circulando en esas condiciones.



A la salida del túnel el proceso es más corto. La información del “exceso de luz” se queda en los NÚCLEOS DE EDINGER-WESTPHAL quienes mandarán esta vez una orden al MÚSCULO ESFINTER del iris para que la pupila se contraiga, limite la luz que entra para que no se deslumbren los ojos y poder volver a ver con nitidez.




EJEMPLO 2:
El del “STOP”: todo entra por los ojos, pero como expliqué en la anterior entrada, el Cuerpo Geniculado Lateral (CGL), se encarga de filtrar esa información, para no saturar al cerebro con información innecesaria. Así la ATENCIÓN está implicada en este proceso, y esa “ventana atencional” se controla a través de un núcleo que hay en el Tálamo, el PULVINAR.

Hay dos rutas: por un lado la que “facilita la atención” y la dirige hacia una cosa u otra (el STOP, la raya blanca del suelo, el coche de delante,…) o aumenta el rango de atención (atentos a todo a la vez, a quién tiene que salir antes en el STOP,…). Y ésta pasa a través del Pulvinar.

Por otro lado, la que “inhibe la atención” (los niños jugando en la parte trasera del coche, se ha caído la bolsa de la compra al frenar,…). Esta ruta es directa entre el Cuerpo Geniculado Lateral y el Lóbulo Occipital.

Estas dos rutas son MAGNO, es decir, son rutas inconscientes. Afortunadamente no tenemos que controlar conscientemente todas esas cosas a la vez y muchas de las rutas anteriores, si así fuese, un simple STOP sería caótico.


Pero además de estos ejemplos o de estas estructuras nerviosas, hay muchas otras igual de importantes que participan en este procesamiento de la información visual.

Por ejemplo, el CEREBELO. Es el responsable de la coordinación, el equilibrio o el movimiento; por tanto, nos permite hacer movimientos precisos para llevar el coche a la línea blanca, poner nuestra mano en el volante, poner nuestro pie en el freno,…

Otro ejemplo es el HIPOCAMPO, es una estructura situada en el lóbulo temporal medio y es la responsable de la memoria a largo y corto plazo; por tanto, es la que nos permite recordar lo que la señal significa, qué hacer ante esa señal, qué calles coger para llegar nuestra oficina, qué desayunamos por la mañana,…


Como veis, conduciendo un coche no es sólo importante el “qué” sino también el “dónde”, es decir, no sólo ver la señal y verla nítida, sino también saber interpretarla: reconocerla, identificarla, recordarla, relacionarla con el resto de información que tenemos, ignorar la que no nos aporta nada, saber cómo actuar ante ella, saber qué podemos o debemos hacer, cuánto y dónde podemos movernos respecto a donde estamos,…

Es decir, para conducir, jugar al tenis, o simplemente andar o moverse de un sitio a otro, si sólo tenemos una foto de las cosas que vemos, nuestro cerebro no puede hacer esos juicios que son tan necesarios.

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¿Dónde va lo que vemos? – Procesamiento de la información visual (del ojo al cerebro)

lunes, 14 de julio de 2008

¿Dónde va lo que vemos? – Procesamiento de la información visual (del ojo al cerebro)

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Seguro que muchos de vosotros pensáis que la imagen se queda en el ojo, es decir, que ahí termina todo el proceso. Son con los ojos con lo que vemos, no? Pero quizás, después de haber leído la anterior entrada, las cosas están un poco confusas.
Por otro lado, seguro que algunos de vosotros sabéis que el cerebro está implicado en este proceso, pero no sabéis o no acabáis de entender del todo cómo es la conexión entre los ojos y el cerebro.

Lo cierto es que este proceso es BASTANTE complicado, por eso, para que os sea más fácil de comprender, os mostraré cómo se procesa lo que vemos, a partir de un ejemplo práctico y con algunos dibujos.

Supongamos que vamos conduciendo por una calle y estamos llegando al cruce con otra. En la esquina vemos la señal de “stop”.

Vamos a ver qué cantidad de información se procesa viendo esta simple señal.



- En primer lugar, tenemos el PROCESO VISUAL propiamente dicho, es decir, la obtención de la imagen clara:

Si recordáis de la anterior entrada, la imagen que se forma en las fóveas de ambos ojos es procesada por los conos (A) que hay en el área central de la retina. Éstos mandan la información a las células ganglionales parvo (C) y salen del ojo por el nervio óptico (11) . Estas células ganglionales llevan la información del color, claridad, nitidez y contraste de la señal de STOP, al CUERPO GENICULADO LATERAL. Este es una estación de relevo y control en la vía visual: a él le llega casi toda la información que reciben las células ganglionales parvo, y él se encarga de filtrar y dirigir a cada lugar correspondiente en el cerebro la información que corresponde. Así sólo el 10 % de la información de estas células que le llega, la manda al LÓBULO OCCIPITAL o CORTEX VISUAL, para formar la imagen.


Este proceso es increíblemente mucho más complejo, pero por ahora, esto es suficiente para que entendáis lo demás.
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El resto de las vías en el procesamiento de la información visual, ya no se llaman “vías visuales”, porque la información ya no va directamente al lóbulo occipital.
La información que se procesa ahora, no es puramente visual, aunque la información se haya obtenido a través de los ojos.


- Así, en segundo lugar, tenemos el PROCESO: OJOS -> COLÍCULO SUPERIOR -> LÓBULO PARIETAL. En este proceso se obtiene la información de “dónde estoy”:

Esta vía está formada sobre todo por células ganglionales magno (C) que recibieron la información de los bastones de las retinas de ambos ojos.

Los colículos superiores es una estructura doble del sistema nervioso localizada en el mesencéfalo (2) debajo del tálamo. Estos colículos forman parte del Tronco Encefálico (en inglés es “Brainstem”) que es la estructura que une el cerebro con la médula espinal.
Se encargan de integrar la información visual con la auditiva, la somatosensorial (la de equilibrio y la proprioceptiva ente ellas) y la táctil; y así obtenemos la información de “¿Dónde estamos?”.
Para contestar a esta pregunta, los Colículos Superiores hace que los ojos y la cabeza se muevan de forma refleja, hacia los estímulos del entorno.

Llevándolo al ejemplo práctico, el conjunto de toda esta información se procesa para que el Lóbulo Parietal Posterior nos permita calcular nuestro movimiento, la velocidad que lleva el coche, la fuerza que tenemos que hacer para pisar el pedal del freno, la dirección que lleva nuestro coche, u otros coches, dónde están nuestros pies, dónde están nuestras manos, dónde tenemos que pararnos en la señal… Este lóbulo nos da un mapa mental espacial de nosotros mismos.


Por tanto, cualquier accidente de coche en el que se sufra un golpe por la parte trasera y nuestra cabeza sufra un “latigazo” hacia atrás, la parte del cerebro que puede haberse visto afectada es el mesencéfalo. Así, además de sufrir fuertes dolores cervicales posteriores al accidente, también es muy común sufrir desorientaciones, incapacidad para concentrarse tan bien como se hacía antes, sensación de agobio en lugares con multitudes que antes nos se sentía, o sentirse incómodo e inseguro al subir o bajar escaleras. Son síntomas que parecen sin importancia y que sin duda la gente no suele achacarlos al accidente, pero dificulta la vida en el día a día. Con Terapia Visual podemos ayudar a la persona a volver a recuperar esa estabilidad perdida.



- En tercer lugar, tenemos el PROCESO: LÓBULO OCCIPITAL -> LOBULO PARIETAL POSTERIOR. En este proceso se obtiene la información de “dónde está el objeto”, la señal:

La información que llega al lóbulo occipital a través de las células ganglionales magno (C) de ambas retinas, no se para aquí. Parte de esas células ganglionales magno se dirige hacia el lóbulo temporal medio y de ahí al parietal posterior para informarnos sobre “dónde está el STOP": dónde está la raya, dónde debemos parar, dónde está el freno para pisarlo, dónde está el coche de atrás o el de delante... Como explicaba antes, este lóbulo nos permite hacer cálculos espaciales, al igual que en el anterior proceso; nos da un mapa mental espacial de todo nuestro entorno.

La información de “dónde estoy” y del “dónde está” permite al lóbulo parietal ejecutar un plan motor, es decir, “cómo hacer las cosas”. Nos permite mirar la carretera mientras: miramos los espejos, giramos el volante si es necesario, mantenemos la distancia de seguridad con el coche de delante, encendemos las luces si entramos en un túnel, hablamos con la persona que nos acompaña, escuchamos la radio,...

Pero si lo pensáis, todo este proceso se realiza de modo inconsciente, es decir, toda la información que proviene de la retina periférica o lo que es lo mismo, del sistema Magno, se procesa y se ejecuta sin darnos cuenta. Es como cuando estamos conduciendo y vemos que hay algo en la carretera, miramos el espejo retrovisor y si no hay riesgo, movemos ligeramente el volante y el coche para evitarlo.
El responsable de esa acción es este lóbulo parietal, pero nosotros lo hemos hecho involuntariamente, como un reflejo.


En el caso de querer hacer un adelantamiento en la carretera y tenemos un coche en dirección contraria, el lóbulo parietal nos dice: ¿A qué velocidad va? ¿Qué velocidad lleva el coche de delante? ¿Qué velocidad llevamos nosotros? ¿Quién se mueve más rápido? O si nos da tiempo a adelantar sin riesgo...


- Por último, en cuarto lugar, tenemos el PROCESO: LÓBULO OCCIPITAL -> LOBULO TEMPORAL INFERIOR, en este proceso se obtiene la información de “qué es el objeto”, la señal:

Parte de la información que llega al lóbulo occipital a través de las células ganglionales parvo (C) de ambas retinas, no se paran aquí, se dirige hacia el lóbulo temporal inferior para informarnos sobre qué es lo que estamos viendo: el "STOP". Nos ayuda a identificar lo que vemos: es una señal de tráfico, qué tipo de señal o qué significa; y así saber cómo tenemos que responder ante ese objeto (según nuestra experiencia).
Este lóbulo es el responsable del lenguaje, por ello nos ayuda a “dar un significado a las cosas”.

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Estas son las 4 rutas básicas del procesamiento de la información visual, pero en el cerebro se producen muchas más al mismo tiempo. Algunas de ellas os las mostraré en la siguiente entrada que será publicada en breve.

Como veis, el cerebro es muy complejo y yo sólo os he mostrado una parte. Pero entre tantos nombres raros de estructuras nerviosas (que repito, no debéis aprenderos), lo que quiero es que os deis cuenta de que en unos segundos nuestro cerebro trabaja al 100% y que muuuuuuchas actividades se generan dentro de él; así, es capaz de recibir, procesar y responder ante lo que vemos muy rápidamente si el procesamiento de la información visual es correcto.

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miércoles, 25 de junio de 2008

Un poquito de anatomía ocular básica… La Retina

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Como escribí en la primera entrada de esta serie de “Anatomía ocular básica”, la retina (10) es una capa del ojo que merece una entrada del blog para ella sola.

Es la capa más importante del ojo, porque contribuye a la primera parte del Procesamiento de la Información Visual que recibimos: la formación de la imagen, que luego será procesada.


Os voy a mostrar la retina desde distintos puntos de vista para que os sea más fácil de entender. Su importancia va a acorde a su complejidad.




Por un lado, para que entendáis cómo funciona un ojo, pensad en él como en una “cámara de fotos antigua” (es decir, con carrete ;-)); al igual que la imagen se plasma en la película del carrete, en el ojo se plasma en la retina.

Por otro lado, también pensad que el ojo se comporta como una “cámara oscura”. Esto consiste por ejemplo, en una caja oscura que tiene en una de sus paredes un pequeño orificio (la pupila, en el ojo). En la pared opuesta (la retina, en el ojo) se forma una imagen invertida de los objetos exteriores.

Un ojo sin ningún problema de refracción (miopía, hipermetropía o astigmatismo) que mira a lo lejos (más allá de 5 metros), está en estado de reposo. El iris (2) se comporta como el diafragma de la cámara de fotos, cuya contracción regula la cantidad de luz que entra en él a través de la pupila (3); en esa situación, el cristalino (8), la otra parte dinámica del ojo, está en reposo. Por tanto, el ojo humano para ver de lejos no hace ningún esfuerzo.

Si para mirar de cerca estas partes dinámicas del ojo no modifican su estado, la persona verá borroso. Lo mismo ocurre si una cámara de fotos, después de enfocar algo de lejos, el objetivo no se modifica para enfocar el objeto que tiene cerca, y así crear una imagen nítida; de esta manera, la foto saldrá borrosa.
En el ojo lo que ocurre para conseguir este enfoque de cerca, es que el grosor del cristalino (8) varía. Este mecanismo se llama acomodación, pero ya escribiré sobre esto más adelante.

Tanto al mirar algo que esta lejos como si está cerca, para conseguir una imagen nítida, ésta tiene que llegar a la película en la cámara de fotos o a la retina en el ojo.


Una vez visto cómo funciona el ojo, os mostraré cómo entra la luz en él hasta llegar a la retina (10):

La luz que proyecta un objeto incide en la córnea (1), atraviesa la pupila (3) y llega al cristalino (8). En este punto la imagen se invierte (siguiendo las leyes de óptica física). Si en el cristalino no se produce ninguna reacción, la imagen que llega a la retina (10) puede estar más o menos borrosa según la distancia a la que se encuentre el objeto (considerando que éste no está a más de 5 metros, como expliqué antes). De forma que si la imagen está borrosa, esta información llega al cerebro y éste responde mandando una orden al cristalino para que se abombe lo necesario y hacer caer la imagen en la retina, para así crear una imagen nítida. Esta acción ocurre de forma automática y el proceso es muy rápido; es similar al proceso de autoenfoque que tiene una cámara de fotos, que automáticamente enfoca lo que ella detecta en el encuadre central del visor.
Así, tras atravesar el gelatinoso cuerpo vítreo (9), la luz llegará al final del recorrido en el ojo: la retina (10); en este punto la imagen se ve nítida (ya explicaré más adelante los casos en los que esa imagen no sé ve nítida y por qué).


Pero a diferencia de una cámara de fotos, la imagen no se queda sólo en la retina. Esta capa nerviosa más interna del ojo es la responsable de convertir los fotones de la luz que recibe, en señales nerviosas que pueden ser transmitidas al cerebro, para que él las interprete y le dé un significado apropiado. Es el cerebro quien se encarga de “revelar la película”, para poder interpretarla (saber qué es el objeto, qué significa para nosotros, qué nos provoca emocionalmente, cómo responder ante él, etc.).

Para conseguir esta transformación, la retina (10) está formada por cinco tipos de células nerviosas, las cuales recopilan toda la información luminosa y no sólo hacen que la imagen sea clara, sino que extraen la información básica del objeto sobre su color, su forma, su orientación, su movimiento y lo transmite al cerebro. El ojo humano transmite datos visuales al cerebro a la misma velocidad que dos ordenadores comparten datos (en inglés).

Estás células están dispuestas en la retina en diferentes capas, pero para no complicaros os voy a marcar sólo tres de ellas:


La luz atraviesa todas las capas de células nerviosas de la retina hasta llegar a la más externa: la compuesta por los fotoreceptores (llamados conos y bastones) (A); allí se refleja y vuelve a atravesar la retina en sentido contrario, transformando la información luminosa que ha entrado en impulsos nerviosos, y transmitiéndose la información neurológica de células nerviosas a células nerviosas, hasta llegar a la última capa: las células ganglionales (C); allí sus delgados axones se unen para salir del ojo constituyendo el Nervio Óptico (11) y enviando los impulsos al cerebro, comenzando así, la VÍA VISUAL.


Hay dos tipos de fotoreceptores: conos y bastones (A) repartidos por toda la retina, pero cada uno tienen una función y una localización determinada en ella.

- Ninguno de los dos existe en el punto de salida de las células ganglionales (Punto Ciego -12-).

- Los conos están principalmente en el área central de la retina, porque son los responsables de los detalles (de la nitidez, de la forma y del color) del objeto. Ese área central de la retina es donde la “máquina” del ojo hace incidir la imagen de un objeto en ella, para verla clara, y ver el 100% de visión. Esta área central es la mácula (14) y su punto central de máxima visión en la retina, es la fóvea (13). Al ser estas células responsables de captar los detalles, actúan mejor en condiciones de buena iluminación. Así, algunas de las actividades donde se usan estas células son por ejemplo en la lectura o la escritura.

- Los bastones, por otro lado, están más en la periferia de la retina. Según nos vamos alejando de la mácula (14) el número de conos disminuye y el número de bastones va aumentando. En la periferia la información de la nitidez o el color no es tan importante, sino más detectar la orientación o el movimiento del objeto que miramos. Por tanto, estas células se estimulan con iluminación baja. Además, estas células son muy sensible a los cambios de contraste incluso con poca luz.


Estos fotoreceptores (A) a su vez estimulan determinadas células ganglionales (C), es decir, cada tipo de fotoreceptor estimula un tipo de célula ganglional, de forma que cada célula lleva una información determinada y estas informaciones viajan paralelas hasta diferentes áreas del cerebro donde, una vez allí, se mezcla la información. El cerebro da el significado del mundo que nos rodea: dónde está el objeto, qué es, qué grande es, de qué color es, cuánto más lejos está de mí… Coge toda información del mundo y la junta, para encontrar similitudes y diferencias, comparar, discriminar, etc.


Por tanto, por un lado, los CONOS (A) mandan información a las células ganglionales PARVO (C), que llevan información de la forma, el color y el detalle, es decir, lo que es el objeto; nos ayuda a identificar y sacarle un significado; nos ayuda a ver con claridad dicho objeto (la Agudeza Visual) y funcionan mejor si el objeto está parado.

Por otro lado, los BASTONES (A) mandan información a las células ganglionales MAGNO (C), que llevan información del movimiento, el espacio y la orientación del objeto, es decir, te dice la dirección del movimiento, su velocidad, calcula distancias, dónde está el objeto, dónde está uno mismo, la tridimensionalidad… Nos ayuda a movernos en una habitación a oscuras sin golpearnos con las cosas, o a no chocarnos con las cosas que no miramos directamente (por ejemplo, con el marco de una puerta cuando lo atravesamos sin mirarlo)...



Como veis, no sólo “vemos” objetos, o mejor dicho, no sólo los vemos nítidos o borrosos; lo que capta la retina de un objeto, esa imagen, no es sólo una foto, va acompañada de mucha más información y ésta empieza a procesarse en la retina. Pero el resto de este complejo pero apasionante procesamiento de la información visual que tiene lugar en el cerebro, lo explicaré en la próxima entrada…

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