Cuando un bebé nace no tiene visión binocular y como ya comenté en mi otro blog, y en éste en otra entrada, su agudeza visual en cada ojo es bastante reducida y se limita a la visión cercana. Todas sus estructuras oculares están formadas, pero necesitan tiempo y estimulación constante para desarrollarse completamente. De esta manera, la información visual que recibe el bebé en los primeros meses de vida, es secundaria a la auditiva, táctil o postural.
En condiciones normales, sin ninguna patología ocular, sin ningún problema neurológico en la vía visual, o sin ninguna desviación ocular u ojo vago,… y quizás, con una pequeña hipermetropía, el bebé desde que nace debe ir desarrollando la visión de ambos ojos de manera paralela.
FASE MONOCULAR: En esta fase desarrolla la coordinación de sus movimientos oculares y posteriormente cuando es capaz de coger objetos, manipularlos, tirarlos o recogerlos, el bebé estimula y aprende a modificar su enfoque según la distancia del objeto que desea ver claro.
En esta etapa ambos ojos se desarrollan de manera paralela y la visión que nos da nuestro cerebro es de un ojo u otro de manera alternante y por separado.
De forma que cuando su cerebro aprende a activar un lado del cuerpo u otro de forma alternante y simétrica, su cerebro recibe y procesa alternantemente la visión que le da un ojo u otro.
Esta etapa es muy importante en los ojos vagos y las deviaciones oculares (estrabismos), porque en ella, la visión de un ojo domina sobre el otro y se quedan estancados en esta fase.
FASE DUOCULAR: En esta etapa las vías visuales de ambos ojos se activan a la vez y el bebé tiene una percepción simultánea de las imágenes procedentes de los dos ojos. En esta etapa empieza a ensayar la fusión de las dos imágenes para aprender la organización de la visión binocular.
Al mismo tiempo que esto ocurre visualmente, el sistema motor del niño está en una FASE DUOLATERAL donde empieza a moverse mediante arrastre o gateo empleando los miembros del mismo lado de su cuerpo (de forma HOMOLATERAL).
FASE BINOCULAR: Cuando tanto los movimientos oculares como la acomodación (habilidades monoculares o de cada ojo) se han desarrollado bien y están en igualdad en ambos ojos, desarrolla esta última fase, donde aprende a utilizar ambos ojos a la vez, y a dirigirlos hacia cualquier punto del espacio de forma coordinada, para obtener UNA ÚNICA IMAGEN TRIDIMENSIONAL que procede de las imágenes de ambos ojos; con ello aprende a calcular distancias, aprende a recoger una pelota según la velocidad y dirección de la misma, aprende a hacer movimientos más precisos tanto finos como gruesos, aprende a no caerse y a equilibrarse, etc.
Esta coordinación binocular se empieza a formar a partir de los 6 meses y su maduración dura varios años. Para que esta se produzca con normalidad necesita tiempo y unas condiciones de desarrollo y estimulación adecuadas.
Al mismo tiempo que ocurre esta fase visual se produce la FASE CONTRALATERAL en el sistema motor, donde el cuerpo calloso empieza a establecer conexiones entre ambos hemisferios y se van haciendo más fuertes con experiencias como el gateo contralateral (el niño se mueve empleando los miembros cruzados de cada lado de su cuerpo). Cuanto más gatee, más conexiones interhemisféricas hará, desarrollará mejor su visión binocular y su estereopsis y su movimento fino y grueso será más coordinado.
Mediante el uso de los dos ojos a la vez, en niño aprende a CONVERGER (mirar más cerca) y DIVERGER (mirar más lejos) con precisión, y su cerebro aprende que cuanto más converge quiere decir que el objeto que mira está más cerca y que cuánto más diverge, el objeto está más lejos. Aprende a coordinar ambos ojos a la vez cuando los mueve por el entorno que le rodea.
Cuando esta etapa está bien desarrollada, el niño es capaz de percibir las 3 dimensiones, por tanto ve en profundidad y tiene ESTEREOPSIS.
FASE DE IDENTIFICACIÓN: Es la etapa donde el bebé aprende a identificar lo que ve (PERCEPCIÓN VISUAL). Esta habilidad se perfecciona con las experiencias sensoriales que el bebé recibe: dejándole moverse, explorar lo que le rodea o manipular diferentes objetos; para que así, vaya reconociendo su entorno.
La retina de cada ojo crea una imagen del objeto que ve, pero es el cerebro el que analiza dicha imagen. La identifica, la recuerda, la comprende, y crea una respuesta a partir de esa imagen visual y del resto de información sensorial que le llega de ese mismo objeto.
PROBLEMAS DE VISIÓN BINOCULAR
Se producen cuando esta habilidad no está desarrollado correctamente o por algún motivo se ha desajustado.
A no ser que estemos ante una desviación ocular evidente (un estrabismo), estos problemas no se detectan en una simplemente medida de agudeza visual; esta medida no indica que tenemos una buena visión binocular aunque veamos un 100% con ambos ojos. O puede incluso que veamos una película en 3D, pero nuestros ojos no funcionen bien juntos.
Para saber si la visión binocular se ha desarrollado con normalidad y funciona correctamente, hay que hacer una evaluación más completa:
- SEGUIMIENTOS VISUALES: Habilidad de mover ambos ojos siguiendo un objeto en movimiento.
- FUSIÓN: Habilidad de usar ambos ojos juntos a la vez.
- ESTEREOPSIS: Percepción binocular de profundidad.
- CONVERGENCIA /DIVERGENCIA: Habilidad de los dos ojos de moverse y trabajar en equipo.
- INTEGRACIÓN VISUO-MOTORA: Habilidad de transformar imágenes de un plano vertical a uno horizontal.
Cuando hay problemas binoculares, lo primero que se ve afectado de manera parcial o total es la ESTEREOPSIS. Es la prueba que nos indica que algo está fallando.
Y si falla el desarrollo visual, también lo hace el desarrollo motor y el neurológico, por tanto, habría que evaluarlos también.
DESVIACIÓN OCULAR EXTERNA (Estrabismos)
Los pacientes con estrabismo constante (desviación ocular manifiesta durante todo el día) no tienen estereopsis, pero estos casos son tan evidentes que son fáciles de detectar.
El problema está en aquellos niños en los que ni los padres ni los profesores son capaces de detectar estos problemas binoculares, porque no desvían un ojo el 100% del tiempo o porque la desviación es tan pequeña que no la aprecian. En estos casos es muy importante la evaluación visual rutinaria para descartar algún problema visual que pueda ir a más.
DESVIACIÓN OCULAR INTERNA (Forias)
Por otro lado, existen otros problemas binoculares que son difíciles de detectar también, y que en comparación con los estrabismos, podríamos llamar “menores”. Estos no se ven en evaluaciones visuales sencillas donde vemos si el niño o el adulto ve o no ve bien, o con qué gafas ve mejor. Hay que hacer evaluaciones más completas para descubrirlos. Estos problemas aunque “menores”, dan una serie de sintomas que muchas veces no relacionamos con un problema de visión. El niño manda "señales" a sus padres y profesores, pero ellos no saben interpretarlas o asociarlas correctamente. En este caso, también es necesario hacer una la evaluación visual completa rutinaria para descartar algún problema visual que pueda ir a más y que está entorpeciendo el aprendizaje del niño, haciéndole que es esfuerce más, innecesariamente.
El concepto de “foria” lo explicaré un poco más en la 4ª entrada de esta serie.
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1 comentario:
muy buena informacion.
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