Cómo conté en el post anterior, este blog no va dirigido hacia otros colegas optometristas que se dedican a lo mismo que yo, sino al resto de la gente. Hacia un amplio grupo de personas que en general se preocupan por sus propios ojos o por los de otras personas, y cómo funciona la visión.
En particular puede interesar a:
- Como dije, cualquier persona que tenga una molestia visual, haya acudido a una óptica o una consulta de oftalmología y le hayan dicho que ve el 100% y que no tiene ningún problema visual; o bien, le hayan puesto unas gafas y siguiendo los “consejos profesionales” crea que esa es su única solución. Pero sigue notando que en el trabajo o en los estudios, no rinde; le cuesta concentrarse muchas horas; le cuesta cambiar el enfoque a distintos papeles-ordenador en una mesa; le cuesta cambiarlo de algo lejano a algo cercano y/o al revés; nota que las letras le bailan al leer; se fatiga cuando lo hace y no puede aguantar muchas horas leyendo, cosiendo o haciendo trabajos manuales; tiene dolores de cabeza o escozor de ojos; no es capaz de disfrutar leyendo un libro, nunca le ha gustado hacerlo, … una infinidad de síntomas que unas simples gafas o lentes de contacto utilizadas para simplemente mejorar la “cantidad” de visión, no son suficientes para mejorar la “calidad” de visión.
Como veremos más adelante, a veces unas gafas pueden aliviar esa sintomatología, pero no siempre es suficiente. Un optometrista especializado podrá darle más variedad de opciones para aliviar sus molestias.
- Como dije, cualquier persona que tenga una molestia visual, haya acudido a una óptica o una consulta de oftalmología y le hayan dicho que ve el 100% y que no tiene ningún problema visual; o bien, le hayan puesto unas gafas y siguiendo los “consejos profesionales” crea que esa es su única solución. Pero sigue notando que en el trabajo o en los estudios, no rinde; le cuesta concentrarse muchas horas; le cuesta cambiar el enfoque a distintos papeles-ordenador en una mesa; le cuesta cambiarlo de algo lejano a algo cercano y/o al revés; nota que las letras le bailan al leer; se fatiga cuando lo hace y no puede aguantar muchas horas leyendo, cosiendo o haciendo trabajos manuales; tiene dolores de cabeza o escozor de ojos; no es capaz de disfrutar leyendo un libro, nunca le ha gustado hacerlo, … una infinidad de síntomas que unas simples gafas o lentes de contacto utilizadas para simplemente mejorar la “cantidad” de visión, no son suficientes para mejorar la “calidad” de visión.
Como veremos más adelante, a veces unas gafas pueden aliviar esa sintomatología, pero no siempre es suficiente. Un optometrista especializado podrá darle más variedad de opciones para aliviar sus molestias.
- Cualquier padre, madre, abuelo, tío, amiga, vecino, niñera,… que esté en contacto con algún niño y quiera asegurase de que posee un sistema visual eficiente, que le permita desarrollar un buen aprendizaje en el colegio y que no tenga problemas en deportes, en el trato social con otros niños o adultos, etc.
Los padres en el día a día, mejor que nadie, pueden observar si sus hijos utilizan algún método compensatorio de algún problema visual que ellos desconocen que sus hijos poseen. Por ejemplo: acercarse demasiado a la tele; acercarse al papel cuando dibujan, escriben o leen; frotarse mucho los ojos; inclinar mucho la cabeza o incluso apoyarla en un brazo cuando hacen cualquier tarea de cerca para usar sólo un ojo; evitar cualquiera de esas tareas en cerca; saltarse de renglón al leer; necesitar la ayuda del dedo para hacerlo; invertir letras o números; cambiar la posición de algunas letras en una palabra; ser muy sensibles a la luz, etc. Todo indica la existencia de un problema de visión, que cogido a tiempo, no tiene por qué afectar al aprendizaje ni a su vida en general.
- Cualquier profesional de la enseñanza, desde la guardería, pasando por el colegio y terminando en el instituto (profesores, ayudantes, enfermeras, psicólogos, …).
Como los padres, ellos pasan mucho tiempo del día en contacto con los niños/jóvenes. No es el mismo caso, porque para cada padre su hijo es “su hijo”, y los profesores tienen muchos “hijos” de los que preocuparse. Muchas veces los signos son demasiado evidentes, y otras veces no tanto.
Afortunadamente, el concepto de “problemas de aprendizaje” es cada vez más conocido y REconocido. Cada vez hay más formación en ese aspecto en muchas áreas, no sólo en la enseñanza.
Sin irme muy lejos, en mi generación, si un niño sacaba malas notas, sencillamente era un mal estudiante y “no quería” estudiar o “no servía” para estudiar. Actualmente se ahonda un poco más en el motivo por el cual ese niño tiene problemas en los estudios. Pero vosotros, profesionales de la enseñanza, afortunadamente ya lo sabéis. Pero lo que quiero recordaros, es que la mayor parte de la información que recibe el niño es visual, y prácticamente toda la que no es directamente visual, se relaciona con ella. Por ello, es muy importante que siempre os aseguréis de que si un niño “falla” en la escuela, no sea por motivo visual. Vuestra observación junto con la de los padres es decisiva en la detección de estos problemas visuales.
Yo no creo en el concepto de que un niño es “vago” o es más “tonto” que los demás. Todos tenemos un potencial cuando nacemos, y nosotros mismos con nuestras experiencias vamos “aprendiendo a ver”. El problema es que unos han sabido o han tenido la oportunidad de desarrollar esa capacidad y otros no.
Signos como: ser incapaz de sacar la idea principal de un texto o hacer resúmenes, mover la cabeza cuando lee, hacerlo de forma monótona, no poder recordar o comprender lo leído, ser un niño inquieto en la silla, guiñar los ojos, taparse uno, copiar del cuaderno del compañero, ser malos en deportes, tener mala escritura, … todo esto y más es un indicativo de problemas visuales y perceptivos enmascarados en los que muchas veces no se piensa. Tratándolos correctamente, los niños mejoran su rendimiento escolar mejorando su rendimiento visual.
- Cualquier otro profesional especializado en niños: pediatras, psicólogos, pedagogos, logopedas, neurólogos, oftalmólogos, otorrinolaringólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, osteópatas, … Bueno, seguro que alguno olvido, espero que me disculpe. Nosotros, los optometristas y los terapeutas visuales, pertenecemos a todo ese enorme grupo de profesionales que nos encargamos de la salud del niño, cada uno desde su área.
El siguiente fragmento expresa lo que yo pienso MUY BIEN. Pertenece a un post de un de blog de Rosina Uriarte (especialista en Estimulación Temprana). Ella expresa en su post las 10 cosas que más “destesta”. Yo me quedo con la séptima que es sobre lo que estoy escribiendo:
“…Detesto la guerra de competencias entre los profesionales: "Ni se te ocurra acudir a un optometrista, no es médico"; "El psicólogo de esto no sabe nada…"; El neurólogo, el psicólogo, el logopeda, el fisioterapeuta… cada uno mira lo suyo sin levantar la vista hacia nada que quede fuera de su campo, y son los padres los que tienen que armar el puzzle juntando todas las piezas… Pero el niño es un todo, no un montón de piezas sueltas… LA MULTIDISCIPLINARIDAD ES VITAL PARA TRATAR TODAS LAS MANIFESTACIONES DEL PROBLEMA EN EL NIÑO Y LLEGAR A UNA SOLUCIÓN. El niño es una unidad, no basta con poner un parche aquí y otro allá…”
Yo no lo hubiera expresado mejor. El niño estaría mejor tratado si TODOS TRABAJÁRAMOS JUNTOS, si todos tuviéramos conocimiento de la existencia de los demás y si cada uno trabajara en su campo sin pisar el de los otros profesionales.
Sé que algunos padres piensan: “¡Vaya! Pues de esa manera yo tengo que visitar un montón de consultas para que mi hijo este bien y no tengo tiempo para hacerlo. Yo trabajo…”. Este es un tema espinoso que ya sólo depende de los padres y de lo que quieran para su hijo. Lo perfecto sería que en un solo centro estuviéramos todos estos profesionales para que sólo tuvieran que acudir a un lugar, pero eso desgraciadamente no existe. Para que un trabajo esté bien hecho, cada profesional debe tocar su área de la manera que mejor sepa y no meterse donde no sabe. Pero todos deberíamos ser capaces de remitir a otro profesional y tratar al niño en conjunto. Su problema se solucionaría antes.
- Neurólogos especializados en enfermedades o traumatismos cuya sintomatología o los fármacos que son necesarios para tratarla, alteran la función visual (tipo Esclerosis Múltiple o ciertos traumatismos cerebrales, etc.). En muchos de estos casos, esa función visual se puede mejorar, para así, al menos mejorar un poco su calidad de vida.
- Y no menos importante, cualquier óptico no especializado en esta área que esté interesado en saber qué es eso de la terapia visual; cómo afecta a la visión un problema neurológico, un problema de desarrollo, o un problema de aprendizaje; para que sepa que hay más opciones además de las convencionales gafas o lentes de contacto; y que las mismas, a veces, pueden utilizarse para conseguir otro fin. Y por supuesto, al igual que otros profesionales de otras áreas, para que remitan a colegas suyos especializados cuando el problema visual no está dentro de su campo de acción.