Lo primero, ambos son una especialidad sanitaria dentro de la Óptica-Optometría, pero su labor es diferente.
EVALUACIÓN
Ambos tenemos los mismos conocimientos sobre las habilidades visuales y ambos sabemos que tener una agudeza visual del 100% no implica que nuestro sistema visual funcione bien, por tanto, la exploración puramente visual es la misma: evaluamos la eficacia de nuestra visión, cómo rinde.
Esta evaluación se hace tanto a niños como a adultos.
La diferencia es que el optometrista comportamental, sobre todo en el caso de los niños, va más allá en su exploración. Realizamos una segunda evaluación más extensa donde:
- Por un lado, evaluamos si el desarrollo visual se ha producido con normalidad, y para ello, evaluamos su desarrollo motor y neurológico también; tres sistemas que van ligados en el primer año de vida, y que evolucionan de forma paralela, por tanto, si alguno no se desarrolla con normalidad por cualquier motivo, afectará al desarrollo de los otros dos.
- Por otro lado, evaluamos o tenemos en cuenta todas las áreas (visuales o no) que puedan estar implicadas en un correcto desarrollo de la visión (visión, percepción, audición, equilibrio, coordinación motora -gruesa o fina-, kinestesia, propriocepción y reflejos primitivos), para, lo primero de todo, descubrir la CAUSA que provoca el problema y trabajar desde ella. No es sólo importante ver bien, sino procesar lo que vemos para reconocerlo, interpretarlo, entenderlo, memorizarlo, etc., y ese procesamiento de la información visual lo hace el cerebro junto con el resto de la información sensorial que recibe. Si este procesamiento es erroneo o toda la información sensorial no está equilibrada, el cerebro no puede ejecutar la respuesta correcta en cada momento de nuestra vida.
TRATAMIENTO
Cuando los optometristas comportamentales trabajamos en terapia, nos centramos sobre todo en la parte visual, pero tratamos de integrar y equilibrar la información que procede de cada sentido. Es decir, el optometrista funcional potencia las habilidades visuales afectadas, pero el optometrista comportamental no se queda sólo ahí.
- Por un lado, si uno de los sistemas motor, neurológico o visual no se desarrolló correctamente, en la terapia trabajamos desde el sistema afectado para mejorar los demás. Ya que si trabajamos la visión pero no es el causante del problema, pasado un tiempo (unos meses, o unos años), el problema visual vuelve a surgir porque no se a solucionado la verdadera causa.
- Por otro lado, vemos la implicación que una habilidad visual afectada tiene con otras áreas o habilidades no visuales en cada actividad diaria (lectura, escritura, juegos, deportes, etc.), sencillamente porque en nuestra vida real no sólo escuchamos, o no sólo vemos, o no sólo tocamos,... No sentimos de forma aislada. TODOS NUESTROS SENTIDOS NOS DAN INFORMACIÓN A LA VEZ EN CADA MOMENTO QUE VIVIMOS. Así, una vez la habilidad visual se ha desarrollado o estimulado correctamente, el optometrsita comportamental la trabaja complicando la actividad empleada en terapia, al mismo tiempo con demandas de otras áreas (percepción, ritmo, equilibrio, movimiento, etc.). De esta manera, el cerebro actúa en terapia como debería actuar fuera de ella, y combina toda esa información y aprende a trabajar con toda ella en equilibrio, y lo automatiza. De forma que las actividades del día a día ya no suponen tanto esfuerzo.
REALMENTE SE PUEDE DECIR QUE ESTIMULAMOS EL CEREBRO, NO SÓLO LA VISIÓN, por eso hay quien dice que el optometrista comportamental realmente es un NEURO-OPTOMETRISTA. Establecemos nuevas conexiones neuronales a través de la visión y las fortalecemos, de esta manera la terapia recibida dura para siemrpe, porque hemos enseñado a la persona a ver correctamente.
Podríamos decir entonces que:
- Por un lado, la OPTOMETRÍA COMPORTAMENTAL está más enfocada a la detección, evaluación y tratamiento de los problemas visuales sobre todo de los niños, porque tiene en cuenta si se produjo un desarrollo normal tanto de la visión como del resto de los sistemas sensoriales y motores que se relacionan con ella en el primer año de vida. Trata el problema desde la base.
- Por otro lado, la OPTOMETRÍA FUNCIONAL está más enfocada a reeducar el sistema visual, que por cualquier motivo (estrés, accidente, trauma psicológico, etc.) puede haber desajustado la eficacia de nuestra visión, y hay que volver a enseñarle los patrones visuales correctos. Aunque también hay adultos cuyo problema visual radica en un problema en su desarrollo neurológico o motor que afectó a la su desarrollo visual, y que realmente han ido arrastrando y compensando su problema durante toda su vida. En estos casos, la terapia comportamental les puede ayudar más que la funcional.